El equipo principal que empleo para astrofotografía es un refractor Takahashi FSQ 106 con reductor trabajando a 390 mm de focal. No parece a priori el más adecuado para nebulosas planetarias y otros objetos de pequeñas dimensiones. Con la cámara Moravian 63-16200 el campo que proporciona es de 4º. Como las nebulosas planetarias  se miden generalmente en minutos de arco, estos objetos son el terreno para equipos de mayor focal. Pero…¿Porqué no?

Con esta imagen lo que he intentado han sido dos cosas:

  • Primero jugar con los algoritmos que permiten realizar interpolaciones de los datos para conseguir imágenes de mayor tamaño, incrementar su «resolución» y que la imagen quede más o menos bien cuando metamos un recorte importante para que el objeto fotografiado, pequeño en el campo original, tenga un tamaño más adecuado en la imagen final. Aumentar la resolución matemáticamente no es desde luego comparable con el aumento de resolución «de verdad» que se consigue con aberturas y focales mayores. Así que en la imagen por aplicar esos algoritmos no van a aparecer de la nada estructuras finas no presentes en los datos originales. Simplemente podremos meterle un recorte a una imagen mayor.
  • El segundo objetivo era que, aunque el equipo usado no nos va a proporcionar una resolución que permita distinguir pequeños detalles del objeto, si que podemos aprovechar su luminosidad para intentar mostrar el halo más exterior de la nebulosa que no se suele ver a menudo en las imágenes. Trabajando a f3.7, lo cual es MUY luminoso para tratarse de un telescopio, podía intentarlo sin tener que integrar decenas de horas de imágenes. Mas que nada porque no tenía tiempo para ello ya que decidí abordar este proyecto cuando la nebulosa Helix ya había pasado el meridiano al anochecer  y por lo tanto no podía aprovechar todas las horas de oscuridad por noche.

Con esos objetivos en mente pensé que para maximizar el contraste del halo externo lo mejor era intentar usar filtros de banda estrecha como son el Ha y OIII. Para usar el SII y poder jugar con otro tipo de paletas cromáticas no tenía tiempo. También tomé algunos datos a través de filtros RGB para dar algo mas de vida a las estrellas en la imagen final.

En la siguiente imagen se puede apreciar la diferente emisión de la nebulosa en Ha y OIII.

La emisión Ha es sin duda la principal y la que conforma el aspecto general de la nebulosa y sus características morfológicas principales. La emisión OIII es diferente. Se concentra en el anillo central de la nebulosa y a partir de el genera un patrón de estructuras radiales que también pueden observarse en la imagen en color final aunque la saturación de esas estructuras sea baja.

Como he comentado, uno de los objetivos era intentar captar las estructuras ultra difusas del halo más exterior de la nebulosa. La imagen Ha es el resultado de la integración de 16 horas de datos con tomas de 30 minutos cada una. Si estiramos muchísimo esos datos puede vislumbrarse que ese halo existe.

 

En la imagen final en color intento recuperar todo lo posible esos datos pero sin que la imagen se estropee demasiado. Está al límite pero ha sido interesante querer ver si en el fondo hay algo más de lo que estamos acostumbrados a ver en imágenes de este objeto. Si en lugar de 16h de datos fueran 100h sin duda se vería mejor. Y 200… y 300….

Y como siempre, miremos donde miremos, muchas galaxias.

La nebulosa Helix en la constelación de acuario es la nebulosa planetaria más cercana a la Tierra a unos 680 años-luz aproximadamente. Basándose en su ritmo de expansión calculan que su edad es de solamente unos 12.000 años. Su cercanía ha hecho que sea un objeto muy estudiado por los astrofísicos. Tiene mucho interés conocer su formación y evolución ya que es el destino más probable del Sol cuando llegue al final de su vida.

En algún momento dentro de muchísimo tiempo nuestro Sol producirá un efímero y bello espectáculo en el cielo para los observadores del futuro.