Los libros de Astronomía que leía de pequeño siempre estaban ilustrados con imágenes de las nebulosas de la cabeza de caballo y M42. Pero casi siempre, en aquella época, se fotografiaban aisladas la una de la otra y rodeadas de un cielo bien negro de manera que parecía que esas nebulosas eran  una especie de naufragos a la deriva en un inmenso mar de oscuridad.
Pero ambas nebulosas no son más que las partes más brillantes de un complejo nebular inmenso que se extiende por gran parte de la constelación de Orión. Se pueden encontrar magníficas fotografías de aficionados donde se observa rotundamente esa pertenencia de M42, la nebulosa de la cabeza de caballo o incluso M78 a algo mucho más grande.
Siempre quise tener una foto del anillo de Barnard rodeando la parte central de la constelación de Orión. Pero el campo abarcado es tan grande que o bien haces un mosaico o usas una focal muy baja. La combinación del objetivo Samyang 135mm y la Canon EOS 6D modificada me dan un campo adecuado y una calidad para astrofotografía suficiente. Así que los últimos días del 2019 intenté tener mi imagen de esa zona. Este es el resultado:

 

 

En general en los cielos habituales en los que observamos si disparas a f2.8 o menos y un ISO 1600 no se puede ir mucho más allá de 5 minutos de exposición porque la contaminación lumínica no lo permite. Ese día cambié de sitio y había una situación de inversión térmica. La niebla tapaba los valles disminuyendo la contaminación lumínica. Quizás me tenía que haber atrevido con exposiciones más largas para sacar más detalle de las partes más débiles de las nebulosas.