Pero eran los tiempos de la película química y poder hacer algo de astrofotografia con telescopio no estaba ni mucho menos a mi alcance. Hacia falta un buen puñado de billetes para poder tener un equipo adecuado. No digo que ahora sea barato, pero entonces no había ni autoguiado, ni CCDs, ni ordenadores, etc., y para poder hacer 20 minutos de exposición (y aún así solo obtener un manchurrón en la diapo) había que tener una montura buenísima en un observatorio fijo. Hay que tener en cuenta que lo que realmente me atraía era la fotografía astronómica mas que la observación visual en la que, he de confesar, no tengo mucha práctica que digamos.
Por lo complicado que se me antojaba y otras circunstancias de la vida, aparqué (que no abandoné) la afición hasta finales del 2007, donde gracias a mis amigos Julio Corredera y Txus García descubrí que los tiempos habían avanzado una barbaridad y que el desembarco en la astrofotografía de los ordenadores, las cámaras reflex digitales, las CCDs, el autoguiado, etc hacían actualmente posible para un aficionado normalito sacar fotos que nunca antes había visto en las revistas y libros que tenía guardados en casa. Así que nuevamente probé. Primero con un modesto ETX 70 de Meade con el que me divertí durante 1 año intentando hacer astrofotografía. Alguna cosilla logré. Cuando ya tuve claro que no estaba ante un «calentón» pasajero decidí hacerme con un equipo de gama media.
Al principio he estado fotografiando con una DSLR modificada modificada. Concretamente una Canon 400D. Y ahora he dado otro saltito en mi equipamiento al adquirir a principio de este año una CCD y una rueda portaflitros. Este blog empieza en ese momento.
Esa es, a grandes rasgos, la historia….Pero… ¡basta ya de parloteo y al grano!