Probablemente no hay objetos en el cielo más fotografiados que la nebulosa de Orión M42 y la nebulosa de la cabeza de caballo B33. M42 es uno de los primeros objetos que todo aficionado intenta fotografiar cuando empieza y yo no iba a ser menos. Fue el primer objeto de cielo profundo que fotografié hace 15 años con un ETX70 y una Canon 400D. Cuando tuve un equipo mejor, un Newton 200 f5, la nebulosa de la cabeza de caballo fue lo primero que intenté fotografiar con el nuevo equipo. Y salvo una imagen de campo más amplio con un teleobjetivo de 135 mm en la que me interesaba sobre todo el bucle de Barnard, desde entonces no había vuelto a intentar fotografiarlas con telescopio. Por una parte siempre tenía otros proyectos u objetos que pensaba yo más interesantes y por otra son unos objetos tan fotografiados que me daba pereza. Pero realmente fotografiar estas nebulosas no es tan fácil como se pueda imaginar a priori. Su brillo, M42 se ve perfectamente a simple vista, puede parecer una ventaja. Pero no lo es tanto porque complica la obtención de datos de calidad ya que si al mismo tiempo queremos capturar toda la información de las zonas más tenues que le rodean y mostrar el núcleo de la nebulosa bien expuesto y sin pérdida de información es necesario planificar una toma de datos con exposiciones múltiples de diferentes tiempos de exposición. Integrar todos esos datos a través de 5 filtros y encima en un mosaico de dos paneles no ha sido fácil precisamente.
Veo muchas imágenes de esta zona completamente rojas o con una fuerte dominante de ese color. Es cierto que la emisión Ha es importante en toda esta zona, pero la Luminancia obtenida también muestra estructuras y nubes no solamente de emisión en Ha. Espero haber integrado bien y de una forma natural todos los datos…