Una de las constelaciones protagonistas del verano es sin duda El Cisne. Bien situada cerca del cenit en estas noches que invitan a salir y contemplar el cielo, su fácilmente reconocible figura se sitúa en plena Vía Láctea y también nos acompaña en otras épocas del año ya que desde nuestras latitudes es casi una constelación circumpolar. Lo más interesante es que al atravesar la constelación la Vía Láctea esta zona del cielo es rica en nebulosas de emisión y nubes de polvo y gas.

En la siguiente imagen la intención era por una parte mostrar algunas de sus nebulosas más conocidas así como probar la posibilidad de hacer astrofotografía con un equipo ligero y transportable que permita hacer astrofotografía de cielo profundo en viajes, en la montaña, etc.

Si eliminamos el autoguiado realmente no necesitamos ordenador ni electrónica. Solamente emplearemos la cámara, el objetivo y la montura ligera. Eso si, los tiempos de exposición a esa focal no pueden ir más allá de 3 minutos. Ese corto tiempo de exposición se compensa en parte haciendo muchas exposiciones, usando una cámara full frame como la 6D que es sensible y que aguanta bien ISO 1600 así como empleando un objetivo muy luminoso.

Prestando especial atención a la puesta en estación de la montura fue posible aprovechar 120 de las 140 tomas que saqué . Solo tuve que desechar por lo tanto el 15% de ellas.